La composición de un perfume es lo que se puede denominar su estructura, o como se dice en perfumería, su pirámide olfativa.
Esta estructura se divide en tres niveles, y en cada uno de ellos se sitúan unas notas, en la proporción adecuada. Cuanto más arriba en la pirámide se encuentren las notas, menor será su proporción, aunque todo dependerá de cada perfumista.
El término de pirámide olfativa obedece a la composición de todo tipo de fragancias, para definir su estructura.
Esta composición se divide en tres partes y en cada una de ellas se encuentran las diferentes notas que componen este producto.
La base de la pirámide está formada por las llamadas notas de fondo, sobre las que se construye toda la creación. Son profundas y duraderas tanto en la piel como en el recuerdo, y tienden a ser amaderadas. Constituyen la base de la personalidad del perfume, de ahí toda su importancia.
Por su parte, la parte central de la estructura se compone de las notas de corazón, ingredientes que definen el perfume y que pueden considerarse parte de su alma. Pueden durar varias horas y son muy poderosas, y generalmente son florales, hierbas o especias.
En la cima encontramos las notas de cabeza, aquellas que captan la atención de los sentidos y las primeras que se perciben. Son las que aseguran la personalidad del perfume, aunque también son efímeras y frescas. Son también florales, y cítricos principalmente, aunque algunas hierbas o especias pueden cumplir esta función.
Notas de salida o altas
El pico de la pirámide pertenece a las conocidas como notas de salida, las cuales son muy ligeras y de fácil absorción, por lo que se evaporan rápido y se mantienen muy poco tiempo sobre la piel. A pesar de estos inconvenientes, son muy apreciadas por ser las responsables de dar una primera impresión agradable.
Son los primeros que llegan al olfato, sin embargo, son los que primero desaparecen. Normalmente las notas altas de los perfumes no llegan a permanecer una hora completa, dejando paso al resto de notas que conforman un perfume. Las notas altas más populares son cítricas y acuáticas.
Notas de corazón o medias
En cuanto al término medio de la pirámide olfativa, nos referimos a las notas de corazón, que son aquellas que conforman la personalidad de la fragancia, ya que consiguen incrementar su intensidad a medida que transcurre el tiempo.
Las notas de corazón comienzan a captarse cuando las de salida empiezan a dejar de tener efecto.
Una vez pasa la primera hora desde que vaporizamos el perfume, comienzan a llegar las notas medias. Estas notas posteriores perduran más que las primeras. No se trata de olores profundos, pero sin duda lo son mucho más que los olores de cabeza. Dos de los principales ejemplos de notas medias que solemos encontrar en perfumes son el jazmín y la vainilla.
Estas notas son las que más perduran, el verdadero recuerdo que deja un perfume. La esencia de un perfume, su base, se consigue en las notas de corazón, ya que a partir de ellos se construyen el resto de notas.
Notas de fondo o base
Las notas de fondo de un perfume suponen la tercera y última etapa de la experiencia que se puede vivir con el uso de un perfume.
Tiene como finalidad primordial la de potenciar el carácter del aroma, manteniéndose cuando el resto de los componentes de la pirámide olfativa han dejado de actuar y de tener fuerza.
Su importancia va más allá de ser el último sector de esta pirámide, ya que será la nota más importante del perfume, y que es la que más perdura en la piel y la que, al fin y al cabo, compone la esencia del producto.
Cuando desaparecen las demás notas se quedan las de fondo, y aportan la personalidad básica de un perfume. Algunos de los olores más utilizados en esta fase son el sándalo o el cedro, normalmente aromas naturales y profundos.
Lic. Tulio D’ Santiago
Gerente comercial ABC Group.
